Cotillear

Conversaciones de Padre e Hijo al mediodía


Esta semana les toca comer solos y no están muy acostumbrados. Es verdad que quien manda en la cocina es la madre, pero me ha extrañado que no se organicen, sobre todo en un tema como es comer. Es algo muy importante en sus vidas a decir por su figura,viendo las que montan para cocinar y sobre todo porque el padre tiene maña.

Siempre que bajo o subo de casa y miro a su ventana, el 60% del tiempo le veo sentado a la mesa pelando, cortando y troceando todo tipo de verduras y hortalizas que luego cocinará su mujer pero siempre con el de pinche.

Lo único que hace él solo, sin ayuda, es la paella. No se salta un domingo. Y hay que reconocer que el olor que sale de su casa es impresionante. Huele a Valencia el patio entero, huele a mar y huele a azafrán.

Ya son famosas en el edificio las frases de halago familiar, con todos a la mesa, y tras la primera degustación del arroz. Frases profundas y llenas de admiración como: “Está de la hostia Papa” y su otra variedad: “Está de puta madre viejo” ocasionalmente seguido de un eructo de Roberto y risas nerviosas de todos. El punto final siempre lo pone la madre diciendo: “A mi no me hace ni puta gracia”.

Este martes a la hora de comer subía a mi casa cuando por las ventanas de la escalera se les podía oír alto y claro como de costumbre:

HIJO

¡Papa! ¿Ya está la comida?

PADRE

Y yo que sé, no soy Rappel.

HIJO

¿Pero no te tocaba a ti?

PADRE

¿A mi?...Joder...Traeme la cartera y baja a la chisma* a por alguna mierda.


* Llama “Chisma” a la tienda de chinos que hay debajo de casa. El origen o el por qué de llamarla así, lo desconozco.

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